lunes, 22 de octubre de 2012

PROBIÓTICOS, PREBIÓTICOS Y SIMBIÓTICOS.


Los probióticos, según la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.), son microorganismos vivos de origen natural que ingeridos en cantidades adecuadas tienen efectos beneficiosos en el organismo. Ejemplos de estos microorganismos son: Lactobacilli acidophilus, Lactobacillus casei, Saccharomyces boulardi, Bifidobacteria bifidum, y otras muchas cepas únicas así como combinaciones entre varias. Cada cepa tiene características diferentes con aplicaciones diferentes.

Los prebióticos, sin embargo, son ingredientes de los alimentos, generalmente hidratos de carbono, no digeribles que estimulan selectivamente el crecimiento y/o actividad de bacterias beneficiosas para la flora intestinal. Por decirlo de una manera básica, son el medio en el que pueden vivir y crecer los microorganismos probióticos. Ejemplos: Frutooligosacáridos, Inulina, Galactooligosacáridos, Lactulosa, Fibra de avena, Almidón resistente, Pectina, etc…

Según informes de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), sobre los estudios funcionales que se han realizado sobre estos microorganismos, existen datos científicos suficientes para concluir que aportan beneficios para la salud el consumo de alimentos que contienen probióticos. Sin embargo, se estimó que hacen falta más datos de investigaciones que confirmen varios de estos beneficios. Entre los beneficios que se les atribuye se encuentran aplicaciones en las infecciones gastrointestinales, trastornos intestinales, alergias y en afecciones urogenitales. Además se tienen datos que indican que personas sanas pueden tomar probióticos como medio para prevenir ciertas enfermedades y modular la inmunidad del organismo.

Aunque el efecto beneficioso en sí es producido por los microorganismos probióticos, entendemos entonces que actúan óptimamente de forma conjunta. A los alimentos que combinan probióticos y prebióticos se les denominan Simbióticos.

Los microorganismos probióticos pueden ingerirse en suplementos alimenticios, en alimentos como el yogur, kéfir y otras leches fermentadas, cereales, y también en alimentos reforzados con este tipo de microorganismos (los que todos vemos en el supermercado y en la publicidad que suelen ser yogures, galletas o zumos).

Modo de actuación de los probióticos y beneficios:
La flora intestinal que coloniza nuestro tubo digestivo tiene importantes funciones en la protección de la salud de nuestro organismo. Los microorganismos probióticos actúan en el sistema digestivo favoreciendo la composición de la flora bacteriana aumentando así la resistencia del organismo frente a patógenos y mejorando las defensas. Además intervienen en la producción de vitamina K, D y grupo B y favorecen la absorción de calcio, hierro y magnesio.

Entonces, si ya tenemos una flora intestinal propia y además existen alimentos en nuestra dieta que contienen estos microorganismos ¿tiene sentido consumir alimentos que están fortificados con estos microorganismos?
Cuando nacemos nuestro tubo digestivo está estéril. Es en los primeros años de vida cuando las bacterias colonizan todo el tubo y empiezan a realizar sus funciones. Las agresiones  que sufre la flora intestinal (antibióticos y otros medicamentos, estrés, deporte excesivo, digestiones difíciles,…) puede hacer que ésta se vea dañada y comprometa nuestro sistema de defensa, produzca inflamación, gases excesivos, diarreas, estreñimiento,…. Los microorganismos probióticos favorecen su recuperación y se pueden ingerir en cualquiera de las formas disponibles. Si bien es cierto que tenemos a nuestro alcance alimentos que contienen estos microorganismos, la cantidad que éstos contienen es relativamente baja como para producir efectos terapéuticos. Los alimentos que se comercializan como alimentos simbióticos (probióticos + prebióticos) llevan una cantidad más elevada que los alimentos fermentados que los contienen de forma natural.

En la práctica clínica actual se utilizan combinaciones de diferentes cepas de probióticos junto con prebióticos, sobre todo en casos de diarrea aguda, ritmo intestinal y salud colónica, enfermedades inflamatorias intestinales, enfermedades hepáticas, pacientes quirúrgicos, salud ósea, infecciones vaginales, partos pretérminos y enterocolitis necrotizante.

En uso clínico existen riesgos en la utilización de probióticos en casos de individuos con inmunodeficiencia severa incluyendo desnutriciones graves y cáncer, y en neonatos prematuros. Pero hay que tener en cuenta que no es los mismo estudios funcionales que clínicos, no todas las cepas son iguales, la dosis influye, así como el momento y la duración del tratamiento, la combinación que se utilice y la situación clínica concreta.

Si bien una dieta equilibrada y variada es suficiente para obtener los benefcios que estos alimentos prometen, hay ocasiones en que un aporte mayor puede ayudar a mejorar problemas de salud. De todas formas para obtener un beneficio hay que ser muy constantes en la ingesta de estos alimentos.

3 comentarios:

  1. Como actúan en si los simbioticos en el intestino que función realizan para causar ese beneficio

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